Todos sufrimos el síndrome del amor a primera vista luego de ver los frutos de nuestras tomateras, pero pensaste que hacer cuando finalice su ciclo?.
Una de las mejores maneras de realizar una rotación de cultivos es por familias de plantas, nos permite la ventaja de que podemos agrupar plantas de la misma familia y mismos requisitos de mantenimiento como por ejemplo todas las plantas de la familia de la col, es más fácil combatir la mariposa de la col estando las plantas juntas que por separado.

Por qué rotamos? Lo más importantes es saber qué es lo que necesita cada planta para vivir, que micronutriente es el que le gusta más y por tanto del que va a «chupar» en grandes cantidades de nuestro suelo. Por ejemplo, a las plantas de las que comemos la hoja, como las acelgas, lechugas o espinacas les gusta mucho el nitrógeno (N) para poder tener ese color verde tan característico. Por otro lado, a aquellas plantas de las que comemos los frutos, como todas las de verano, es decir, tomate, pimiento, calabacín, etc, les gusta mucho el fósforo (P) y a las de raíz el potasio (K) sobre todo. Así que es necesario que esos elementos se encuentren en el suelo cuando vayamos a plantarlas y que estén disponibles para que los absorban por sus raíces.

La rotación de cultivos consiste en alternar plantaciones de diferentes familias y con necesidades nutritivas diferentes en un mismo lugar durante distintos ciclos, evitando que el suelo se agote y que las enfermedades y las malas hierbas que afectan a un tipo de plantas se perpetúen en un tiempo determinado. De esta forma se asegura la sostenibilidad del suelo promoviendo cultivos que se alternen año tras año para que mantengan la fertilidad del suelo.
¿Y para que nos sirve esta información? Para rotar bien. Si ponemos en un mismo suelo de forma consecutiva dos plantas que necesitan los mismos nutrientes, veremos que la que vaya en segundo lugar no va a crecer tanto ni tan bien como la primera, porque ésta ya ha dejado el suelo bastante vacío de esos elementos que las dos necesitan.
El siguiente factor a tener en cuenta es la profundidad de las raíces. No todas las plantas se anclan al suelo de igual forma, aunque todas lo hacen por las raíces. Hay plantas que tienen las raíces más superficiales, como las lechugas, mientras que las tomateras profundizan mucho en el suelo, así que toman los nutrientes a diferentes alturas.
Lo último factor y no menos importante son las plagas y las enfermedades. Si plantamos de manera sucesiva la misma variedad o de la misma familia, y anteriormente hemos tenido en una de ellas una determinada plaga o enfermedad, en la siguiente plantación volverá a surgir y a atacar incluso de una forma más fuerte, porque estarán esperándola para alimentarse de ella, mientras que si les sorprendemos con algo totalmente distinto que no está en su menú, lo más seguro es que ni aparezcan.
Que pasa si hacemos un monocultivo? En contraste, el monocultivo es la siembra repetida de una misma especie en el mismo campo, año tras año. En los sistemas de monocultivo, tras el paso del tiempo se observa un incremento de plagas y enfermedades específicas del cultivo. Asimismo, la cantidad de nutrientes disminuye, porque las plantas ocupan siempre la misma zona de raíces y en la temporada siguiente las raíces no se desarrollan bien, es por esto que es mejor rotar las especies a cultivar que cultivar siempre lo mismo.
Podemos planificar la rotación de cultivos tomando como regla general que en las distintas temporadas se “roten”: hortalizas de raíz (zanahorias, remolachas, etc.), hortalizas de hoja (lechugas, acelgas, espinacas, etc.), hortalizas de fruto (tomates, pimientos, berenjenas, zapallos, etc.) y especies reponedoras de la fertilidad del suelo (leguminosas: arvejas, habas, poroto, etc.)
Beneficios de la rotación de cultivos
Esta práctica agrícola es muy utilizada en la agricultura ecológica por los grandes beneficios que conlleva. Las ventajas que presenta la rotación de cultivos en la agricultura son:
- Reduce la propagación de plagas
- Disminuye la necesidad de aplicación de tratamientos en los cultivos
- Evita el agotamiento de nutrientes en el suelo
- Mejora las características del suelo (según la rotación que implementemos)
- Incrementa la biodiversidad del entorno
Primer recomendación: Para estar seguros donde plantar de un año para otro debemos hacer un boceto en nuestra libreta de campo para evitar que el próximo año se nos olvide donde cultivamos las plantas. Lo ideal también sería anotar que plantamos y la variedad para así tener un registro y no olvidarnos de que habíamos plantado.
- No repetir cultivos de la misma especie o misma familia.
El porqué es fácil de entender. Los cultivos de la misma especie o familia van a consumir el mismo tipo de nutrientes y aquellos que se encuentren en la misma profundidad del suelo, ya que sus raíces alcanzarán el mismo rango de suelo al ser de longitudes similares.
Por ejemplo, si sabemos que dos cultivos requieren de altos niveles de nitrógeno, no las sembraremos de forma consecutiva en el mismo espacio. Lo que haríamos en este caso sería tratar de incrementar el nitrógeno del suelo mediante la plantación de leguminosas, las cuales son capaces de fijar nitrógeno en el suelo. De esta forma, entre el primer y el segundo cultivo que requieren altos niveles de nitrógeno, plantaríamos otro cultivo, en este caso algún tipo de leguminosa, que nos permita evitar el agotamiento del suelo.
Hace poco hablábamos de las asociaciones de cultivos, una práctica buenísima para aprovechar al máximo los nutrientes de la tierra, ahora también tenemos que añadir el concepto de la rotación de cultivos, esta nos permite regenerar y mejorar las propiedades de la tierra o sustrato de forma natural, permitiendo que se recupere tras cada temporada de cultivo.
Cuando nos ponemos a planificar, estos dos conceptos van a ir de la mano, pero sin volvernos locos. Si sólo dispones de una mesa de cultivo, no vas a poder realizar una rotación de cultivos, lo que deberás tener muy en cuenta son las asociaciones de cultivos. En cambio, si tienes un trozo de tierra y podes hacer varios cajones, la rotación y la asociación de cultivos irán juntos de la mano en la medida de lo posible.
La familia de las solanáceas
Incluye los tomates, berenjenas, papas y pimientos. Estas plantas requieren de mucho alimento por lo que vendría bien plantarlos en suelos enriquecidos con muchos nutrientes. Esta familia a menudo se ve afectada por las mismas plagas y debemos evitar plantar tomate y después papas porque comparten hongos en común y pueden quedar esporas del hongo en el suelo y transmitirse al siguiente cultivo.
La familia de las fabáceas
Estos cultivos enriquecen el suelo añadiendo nitrógeno de la atmósfera. En este grupo se encuentran las judías verdes, habas, guisantes y frijoles.
La familia de las cucurbitáceas
En esta se encuentran las calabazas, pepinos, sandias y melones. Son cultivos que requieren de suelos enriquecidos y grandes espacios para poderse expandir.
Busca siempre la diversidad
Intenta siempre imitar a la naturaleza, es decir, evita el monocultivo. Si dispones de bancales o mesas de cultivo, puedes poner entre las hileras de tomateras o pimientos, por ejemplo rabanitos, son de ciclo corto y no necesitan casi espacio. También puedes intercalar lechugas, escarolas y canónigos, son cultivos que necesitan pocos nutrientes y no molestarán durante mucho tiempo si las arrancas de raíz, otra cosa es si cosechas sus hojas, en ese caso, si que estarán más tiempo.
Nunca olvides
Gracias a la rotación de cultivos, las próximas plantas que cultives en tu huerta, se beneficiarán de cómo han dejado los nutrientes las plantas anteriores o la propia estructura del suelo.
Con la rotación de cultivos, además, se promueve el desarrollo de un suelo más sano al producirse un aumento en la reserva de nutrientes, cuando se alternan plantas diferentes, lo que estimula la acción de microorganismos que son beneficiosos para el terreno.
Un buen programa de rotación debe ser productivo, prevenir la erosión del suelo, minimizar la pérdida de nutrientes, resistir las plagas y enfermedades y asegurar el beneficio de cada cultivo por el siguiente.
Lo más importante de este proceso es que se minimiza el desgaste del terreno, ya que, cuando la rotación es desarrollada de manera eficiente, se reduce la aparición de la mala hierba porque el suelo es ocupado ininterrumpidamente durante todo el año.
Recuerda cultivar plantas repelentes de insectos como: caléndula, albahaca, menta, cilantro, crisantemo, etc. Crear biodiversidad en tu huerto te va a beneficiar siempre.
En espacios reducidos, combina plantas de ciclo corto con plantas de ciclo largo para aprovechar los huecos.
Algunas normas son:
*No repetir cultivos de la misma familia, porque consumen los mismos nutrientes lo cual agota el suelo.
*Ordenar la rotación sobre la base de la exigencia de nutrientes.
*Los cultivos deben ir intercalados porque de esa manera se optimizan los recursos.
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